«Queremos hacer un cinema que mire hacia Dios al encuadrar y perseguir la magia» declaración con la que José Val del Omar comenzaba la presentación de Aguaespejo granadino (1953-55), la primera de las películas de su Tríptico Elemental de España. Desde sus experiencias en las Misiones Pedagógicas de la República, en la década de 1930, las ideas
de Val del Omar sobre la proyección cinematográfica adquirieron una preocupación humanística y
pedagógica.

En los oscuros años 50 españoles, José Val del Omar crea una ecléctica obra documental donde narra las formas de vida, el folclore y la realidad cotidiana típica de la población granadina que vivía entorno a la Alhambra, desde una mirada artística única. Categorizada también como cine experimental, sorprende por su inusual combinación de imágenes, fragmentos de video y un sonido, hasta ese momento jamás escuchado, el cual fue patentado como como sonido diafónico por el propio Val del Omar.

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